viernes, 19 de octubre de 2012

Libelulas

Las libélulas u Odonatos son insectos esencialmente veraniegos. Son unos animales fascinantes, con unas características biológicas que nos facilitan su observación. Los adultos de las libélulas están entre los insectos más grandes y espectaculares: sus extraordinarios coloridos, sus fenomenales acrobacias en el vuelo y sus peculiares características biológicas hacen de ellas unos seres fascinantes. Esos colores en sus abdómenes son claves para la diferenciación de las especies siendo relativamente fáciles de reconocer con un poco de práctica.

Se han identificado en el mundo unas 5.700 especies, viviendo la mayoría de ellas en los trópicos. En Europa habitan unas 120 especies y 77 de ellas en la Península Ibérica.

            Las libélulas se localizan mejor en puntos de agua dulce (en movimiento o estancada) y cuando hace calor. La salinidad es incompatible con la vida de las libélulas en su fase larvaria, pero condiciones de baja salinidad son toleradas por ciertas especies. Sin embargo, muchas libélulas pueden encontrarse lejos del agua: prados, claros de bosque, bordes boscosos, caminos, etc. Especies asustadizas como varias de la familia Gomphidae, son más fáciles de localizar en estos lugares.


Características principales.

            1.- Las libélulas tienen vida anfibia.
Sus larvas viven en el agua y los adultos en tierra. La larva muda, es decir, cambia su “camisa” exterior por otra más grande, entre 7 y 17 veces para poder crecer. Cuando termina su desarrollo como larva (entre unos meses y tres años) abandona el medio acuático y sale de su última muda (llamada exuvia), estira sus alas bombeando hemolinfa a través de su intrincada red de venas alares, y vuela. Este hecho se conoce como emergencia. Es extraordinario que un animal que hasta ese momento ha vivido en el agua, respirando en ella y cazando animales acuáticos pase, en el transcurso de unas decenas de minutos, a respirar en el aire (una semana o varios días antes ha dejado de comer y se dedica a pasar largos periodos fuera del agua y respirando aire por los estigmas torácicos y abdominales), cazar presas que no ha visto nunca y volar con una destreza que no es comparable con ninguna otra especie animal.

2.- Las libélulas son depredadoras.
Todas las especies cazan tanto en fase larvaria como adulta. Los adultos se alimentan de insectos y las larvas lo hacen en sus primeras fases sobre protozoos, y posteriormente depredan larvas de otros insectos, crustáceos, moluscos etc. aunque también pueden abastecerse de pequeños peces, renacuajos y ranas adultas u otros anfibios. Asimismo, ellas son devoradas por otros insectos (mantis), arañas y pájaros y por otras libélulas.

3.- Tienen un único modo de reproducción con inseminación indirecta y fertilización aplazada.
El esperma es transferido por el macho desde su ápice abdominal donde es producido (genitalia primaria) a su segunda genitalia (genitalia secundaria), que se encuentra en la base del abdomen desde donde es trasvasado a la hembra durante la cópula; los huevos son colocados ya fertilizados por la hembra en el agua. El esperma de otros posibles machos con los que la hembra hubiera realizado una cópula anterior, es retirado por el macho con una especie de paleta o espátula que posee en su genitalia secundaria, asegurándose de ese modo que los huevos fertilizados durante su cópula serán inseminados únicamente con su esperma.

Época de vuelo


El ciclo de la vida de las libélulas y el periodo de vuelo de los adultos vienen determinados por el desarrollo de sus larvas. Los adultos sólo pueden emerger cuando se ha completado su desarrollo larvario. Ese crecimiento viene dado por la temperatura del agua y la disponibilidad de alimento. Como resultado de estas variaciones se producen diferencias regionales de los periodos de vuelo.

            La variabilidad en el tiempo del vuelo de una misma especie, lo podemos ver en Anax imperator, que puede completar su ciclo vital en un año (univoltina) y comportarse como “especie estival”, o en 2 años (semivoltina) y ser una “especie primaveral”. Algunas veces ambos tipos habitan en las mismas aguas. Así, Sympecma fusca tiene un comportamiento inusual porque hiberna en estado adulto: los imagos hibernantes mueren después de haber puesto los huevos en primavera y la siguiente generación emerge al final del verano o comienzos del otoño, viviendo durante todo el invierno en oquedades, cuevas o ¡entre la nieve! En regiones áridas del norte de África, los hábitats de puesta pueden llegar a secarse en verano; allí los adultos se ven sólo en primavera cuando emergen, pasando el estío en otro lugar (por ejemplo en las regiones forestales de montaña) y vuelven en otoño cuando llega la temporada de lluvia al lugar donde emergieron. Esto se denomina estivación y es lo contrario de hibernación que es la adaptación necesaria que se produce cuando las condiciones resultan desfavorables en temporada seca, ya que los imagos deben sobrevivir desde la emergencia hasta la puesta; es característica, por ejemplo, del sur peninsular, donde siguen esa pauta Aeshna mixta y Sympetrum striolatum además de una gran parte de la población de Lestes viridis, unos por estar asociados a lagunas fluviales que se secan en verano y el otro por desarrollarse en arroyos que desaparecen igualmente. Sympetrum fonscolombii sigue la estrategia de migrar y, así, podemos verlas cuando va a terminar el invierno o recién estrenada la primavera pasando el Estrecho de Gibraltar en dirección a Europa agarradas en las maromas de los barcos, por ejemplo.



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